miércoles, 21 de diciembre de 2011

Francisco Jaso Un nabarro en las indias orientales


La familia jaso (Jassu en la grafía de la época, Jatsu en Euskara), propietaria del castillo de Xabier fue una de las familias mas notables de Nabarra. Emparentada por parte de madre con los Azpilicueta, el solar de los Jaso se encontraba en la merindad de ultrapuertos y poseía el caserío Etxeberri en la localidad del mismo nombre, que por cierto aun se conserva. Juan de Jasso, el padre del santo, nació en 1470 y logro el titulo de doctor en derecho en la universidad de Bolonia. Fue uno de los líderes agramonteses que se aferraban a la independencia del Reino de Nabarra y el monarca Juan III de Albret  le concedió impuestos y derechos sobre la villa de Idozin. Fue presidente del Real Consejo de los Reyes de Nabarra Juan III de Albret y Catalina I de Foix. Tras la ilegal invasión del Reino, por las tropas Castellanas al mando el Duque de Alba, y por orden de Fernando el Catolico Rey de Castilla, Juan de Jasso se refugio con su familia el la Baja Nabarra, donde moriría poco después, en 1516.  El castillo de Xabier pertenecía a los Aznarez de Sada, abuela materna de Francisco, cuya familia lo había recibido del rey Teobaldo I, nada menos que en 1236.

            Del matrimonio entre Juan de Jasso y María Azpilicueta nacieron cinco hijos, tres niños y dos niñas. La primogénita fue Magdalena a la que sus padres enviaron a la corte castellana para su educación, en una iniciativa mas diplomática que educativa. Su otra hermana se llamaba Anna, casada con el señor de Beire. Los tres hermanos fueron, por orden de nacimiento, Miguel, Juan, y Francisco. Tanto Miguel como Juan fueron destacados miembros de las tropas de los reyes de Nabarra Juan III de Albret  y
Catalina I de Foix, y  participaron en la defensa de independencia del Estado de Nabarra, sufrieron cárcel por ello, fueron condenados a muerte, y finalmente, su pena conmutada por Carlos V.

            Francisco nació en el castillo de Xabier en abril de 1506, cuando su madre María Azpilicueta, tenia 42 años, la cual pertenecía a una noble familia de la que formaba parte Martín Azpilicuela. Dicen que su padre estuvo presente en el parto. Su casa natal fue lugar de los encuentros de los partidarios de los Albret y sufrió la revancha de su perdida. Sus hermanos miembros del ejército de Juan III, fueron encarcelados por ello. Estas circunstancias pudieron ser la causa de la determinación de Francisco por la religión. Estudio con los curas en diferentes ciudades nabarras, ultimándolos en Pamplona, y tras la derrota Nabarra de 1524 en la que se vio implicada su familia, su madre decidió enviarlo a la Universidad de París. El castillo de la familia había sido desmochado por orden de Cardenal Cisneros en 1516.

            En el París universitario se inscribió con el calificativo de “cantabro”, un término en boga para designar a los vascos. Inicio sus estudios en filosofía, llamada entonces Maestria de Artes. Concluyo su carrera, tuvo fama de juerguista, frecuento la noche de Paris, y entre muchas anécdotas de esa época, se podría citar la de que uno de sus maestros en la universidad y compañero de correrías, falleció de sífilis, entonces y la falta de antibióticos, enfermedad mortal.

           
 
           En Paris conoció a Iñigo de Loiola. Era 1529 y la ocasión es digna de relato de una historia paralela. Ignacio o Iñigo, era hijo de un militar guipuzcoano. Incitado por la condición militar de la mayoría de sus hermanos, Iñigo se enrolo en las tropas del rey Fernando de Castilla, por medio de un amigo de su padre, Juan Velazquez de Cuellar. Cuando Velazquez murió en 1517, Iñigo con una fortuna considerable heredada de quien hasta entonces había sido su protector, encontró un nuevo espacio entre los seguidores de Antonio de Manrique, duque de Nájera. El duque, que entonces era virrey de Nabarra desde la invasión ilegal  y conquista castellana, envío a Iñigo a Guipuzkoa, para calmar algunas revueltas locales.

            Cuando en mayo de 1521, los nabarros al mando del señor Asparros intentaron recuperar Pamplona, Iñigo, junto a otros refuerzos, llego a la ciudad en defensa de la corona castellana. Pero pronto quedo descartado del combate porque una bala de cañón le dejo malherido en una pierna. A parir de ahí su vida militar y pendenciera dio un cambio brusco. Cuando se recupero de sus heridas hizo una peregrinación a Jerusalén con escalas en Monserrat, Roma, Venecia, Chipre, y Palestina. A su vuelta fue detenido por iluminado. A la salida de prisión marcho a Paris, donde estudio Filosofía y conoció a Xabier con quien creo, junto con otros cinco compañeros, en 1534, el grupo religioso conocido como la Compañía de Jesús. La Compañía fue fundada oficialmente con el apoyo del papa Pablo III en 1540. En poco tiempo, el grupo auspiciado por Iñigo y Francisco fue el ariete de la iglesia católica contra el protestantismo y el islamismo, convirtiéndose en el paladín de la contrarreforma católica.

            Francisco fue ordenado sacerdote en 1537 y partió cuatro años mas tarde en una expedición hacia las llamadas Indias Orientales. La partida tuvo lugar el mismo día que cumplía 35 años, en una expedición comandada por el purtugues Martín Affonso de Sousa, virrey de las Indias Orientales. Fue un viaje penoso en el que el nabarro atendió a moribundos y enfermos, en el que el mismo enfermo y apunto estuvo de perder la vida sin convertirse en el primer misionero jesuita en Asia, tarea encomendada por la orden.

            Después de más de un año de navegación, se estableció en Goa, (India). Fue el prototipo de misionero, según su propia descripción: “Aquí en Goa pose en el hospital. Confesaba y comulgaba los enfermos que aquí estaban; eran tantos que venían a confesarse, que, si estuviera en diez partes partido, en todas ellas tuviera que confesar. Después de cumplir con los enfermos, confesaba por la mañana a los sanos que me venían a buscar, y después de medio día iba a la cárcel a confesar a los presos. Después de haber confesado a los presos tome una ermita de nuestra Señora que estaba cerca del Hospital, y ahí comencé a enseñar a los muchachos las oraciones, el Credo y los mandamientos: pasaban muchas veces de trescientos los que venían a la doctrina cristiana”

            Dentro de su tarea misionera, en octubre de 1545, Francisco alcanzo, tras un mes de navegación, la población de Malaya. Tres meses más tarde partía hacia la isla de Amboino (Molucas), el últimos territorio Portugués. Según propia narración de Francisco, en esos parajes se encontró con gentes salvajes que se comían los unos a los otros. En julio de 1547 volvía a Malaca y poco después a Goa (marzo 1548), donde recibió a nuevos misioneros jesuitas.

          
            Algunos de sus biógrafos señalan que Francisco  tuvo problemas con los nuevos misioneros llegados a la India; otros, que discrepaba de las ordenes de sus superiores; otros, en cambio, que su espíritu inquieto le impedía seguir una vida sedentaria. Lo cierto es que al poco de su regreso a Goa, volvió a proyectar un largo viaje hacia el este en pequeñas marchas que le deberían llegar hasta Japón. Intento establecer pequeñas comunidades cristianas, pero fracaso en la mayoría de sus intentos. Alcanzo sin embargo Miyako, la capital de Japón, pero la corte nipona rechazo su religión y su Dios.
           
            Retorno a Goa y comenzó a preparar un viaje a China, vasto imperio del que oyó hablar en Japón. El 17 de abril de 1552, junto a otro misionero y a un intérprete, abandona el puerto indio. En septiembre del mismo año alcanzaba la isla de Sancian. A la espera de trasladarse a China, unas fiebres traicioneras terminaron con su vida, a los 46 años, el 3 de diciembre de 1552. Dicen sus historiadores que antes de morir deliraba en una extraña lengua. La  Lingua Navarrorun. Su cuerpo es conducido a Goa, donde llega en la primavera de 1534, siendo enterrado en esa ciudad. Nabarra proclamo a Xabier su patrón en 1621, un año antes de ser canonizado. En 1622 fue canonizado por el Papa Gregorio XV. Se le nombra en 1748, patrono de todas las tierras al este del cabo de Buena Esperanza. En 1904 es nombrado patrono de la Obra de la Propagación de la Fe. En 1927, el papa Pío XI lo eligió como patrono universal de las misiones.


Enlaces externos:

Wikipedia
Enciclopedia Auñamendi
Vasconia hechos episodios y sucedidos
Biografia de San Francisco Javier en Santoral Catolico
                                     

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los mapas de la nación


Los mapas de la nación
Tomás Urzainqui Mina, jurista e historiador nabarro

Los mapas de la nación propia son dignos del debido respeto y cobran si cabe más influencia en una cultura de la imagen. Navarra por su larga historia política goza de una rica y variada representación cartográfica desarrollada durante más de mil años. Sin embargo, la buscada indefinición sobre todo lo que se refiere a la realidad colectiva tiene su origen en el proceso continuado de conquistas y subordinación que padece la sociedad navarra. Las manifestaciones de ello, son, tanto la ocultación a la ciudadanía de los reconocimientos internacionales de la existencia de la Nabarra Osoa, como la derivada práctica negacionista inducida en el seno de la sociedad navarra dominada.

La cartografía histórica refleja fundamentalmente la plasmación gráfica de las demarcaciones políticas nacionales y estatales. Según cual sea la nacionalidad del autor del mapa, en muchas ocasiones no suele tener el mismo resultado. Quien a menudo manipulará la realidad y tenderá a extender al máximo a su propia nación en detrimento de las vecinas. De ahí la importancia de estos mapas, que aunque realizados por terceros, se veían obligados aún con limitaciones a reflejar la realidad territorial de cada momento, de los que nos han dejado un valioso testimonio. Así los mapas de Europa en las distintas épocas históricas confeccionados con fines didácticos en las universidades inglesas, italianas, portuguesas, alemanas, españolas o francesas son de cierta fiabilidad sobre la existencia política de la nación navarra. Los mapas geográficos, étnicos, lingüísticos y culturales se reducen a los dos últimos siglos, mientras que los mapas de intencionalidad política, militar y comercial se remontan a más de dos mil años.

El mapamundi de Saint Sever recoge el espacio político de Wasconia, gobernado por el rey Sancho III el Mayor, en el conjunto de las naciones europeas vecinas. Entre, de un lado la muga del Garona y del otro la muga con los Astures. Es el territorio que los reyes de Navarra quisieron defender y recuperar tras las invasiones. Los reyes de Pamplona, o de Navarra, son sucesores de los duques de Vasconia. La centralidad, legitimidad y territorialidad de los vascones estaba y está en torno a la ciudad de Pamplona-Iruña. Fueron una continuidad, tanto en las gentes, como en el territorio y en su gobierno. La elevación del ducado vascón a reino de Pamplona-Navarra supuso la consolidación y homologación internacional del Estado soberano de los vascos.

No es una mera cuestión de nombres (Vasconia, Wasconia, Gasconia, Navarra, País Vasco, Euskal Herria) sino que se trata de diferentes contenidos. Cada uno de esos nombres hace referencia a diversos significados. Así, resumiendo, la evolución política de Vasconia o Wasconia a Navarra se produjo de forma lenta y no traumática. Tanto es así que en las fuentes documentales del siglo XI todavía se seguía llamando Vasconia y vascones, compartiendo el nombre con pamploneses, Navarra y navarros. Antes de que España y Francia culminaran sus conquistas y ocupaciones del Reino de Navarra, en 1512 y 1620, la existencia de mapas y representaciones cartográficas tanto de Vasconia como del Reino de Pamplona y de Navarra es numerosa, así su reflejo en los antiguos mapamundis de época romana y tardo antigua, a los que hay que añadir los portulanos con finalidad de ayudar al tráfico marítimo y mercantil donde figura el Reino de Navarra por poseer puertos de mar. A lo largo del siglo XVI todavía se recoge en la cartografía la unidad política de la Navarra plena, reflejando como unidad los Estados pirenáicos del Reino de Navarra. También es imprescindible tener en cuenta la numerosa cartografía política de la historiografía europea donde figura siempre el Reino de Navarra entre el resto de los Reinos europeos.

Es una manipulación sustituir lo que dicen los títulos de los mapas originales, políticos, o militares, de los siglos XVI al XIX inclusive. Así los nombres que figuran en los mapas originales, con muy grandes letras mayúsculas, indicando REINO DE NAVARRA, ROYAUME DE LA NAVARRE, NAVARRA, NAVARRE, reflejando a menudo al conjunto del territorio nacional de la Nabarra Osoa, y en algunos de ellos señalando con letras más pequeñas los nombres de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa o de "provincias vascongadas", dejando constancia de que, de alguna manera, son dependencias del Reino o Estado europeo de Navarra. Todos esos mapas constatan la situación política de la época en que se confeccionaron, pues ya se habían desgajado violentamente, tras las conquistas, partes del territorio nacional navarro.

De la Comunidad se evolucionó hasta la Sociedad con Estado, pero como consecuencia de las conquistas se minorizó la Sociedad conquistada que sufrió un proceso de primitivización y regresión hacia la Comunidad. De ahí que la independencia implica la recuperación de la Sociedad soberana y de su Estado. Lo contrario sería quedarse en el parámetro de la Comunidad cuando este es un estadio anterior al del Estado y la Nación. Euskal Herria tiene un significado, comúnmente aceptado por la filología, como el país del euskara. Suplantar u oponer, en clara impostura, dichas representaciones de la realidad política por la denominación lingüística y comunitaria (Euskal Herria), resulta una conducta inadmisible. Es muy doloroso para los ciudadanos de este país y contraproducente para la defensa de los derechos de esta sociedad que se esté confundiendo voluntariamente la larga y asentada realidad política de los vascos que es Navarra, ocultándola y falsificándola.

Es justo que las conquistas -absoluta y radicalmente contrarias a todos los Derechos y a la legalidad internacional y por lo tanto radicalmente nulas- no tengan ni el más mínimo reconocimiento en los mapas y cartografías. A lo sumo habría que constatar en los mapas que se confeccionen las sucesivas fechas en que comenzó la ocupación y la partición de las distintas porciones del territorio nacional y estatal navarro. La publicación de libros, como “La Navarra marítima” y “Navarra sin fronteras impuestas” o la “Vasconia” de Krutwig, que facilitaron la comprensión de la unidad política y nacional de La Nabarra Osoa, no terminó de agradar a algunos que no se atrevieron a manifestar públicamente su actitud negativa, sino que prefirieron la labor de zapa en la que continúan.

Una cosa es confeccionar ahora un mapa del país del euskera, o Euskal Herria, y otra muy diferente recoger los mapas del siglo IX al XIX y no señalar suficientemente que se hicieron para reflejar la realidad política de cada momento histórico con el Reino de Navarra y a partir del siglo XVI con las dependencias vascongadas como provincias, o nombrándolas con menor relieve que a Navarra, por ser esta la denominación del Reino o Estado por antonomasia. Lo inadmisible, por afectar a la verdad histórica y política de los vascos es minimizar, aún llevados por un mal entendido patriotismo, la realidad del Estado navarro reconocida y reflejada internacionalmente.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cesar Borgia, en el Reino de Nabarra


En septiembre de 1491 falleció en Roma Alfonso Carrilo, obispo de Pamplona. Antes de que los reyes de Nabarra Juan de Albret, y Catalina de Foix pudieran imponer su sucesor. El 12 de septiembre el papa Inocencio VIII nombro como obispo para Pamplona en la figura y a los dieciséis años de edad a Cesar Borgia, nacido el 13 de septiembre de 1475, hijo natural del cardenal y futuro papa de Roma, Rodrigo de Borgia (Alejandro VI) y de Rosa Vanozza. Cesar no sabia que en el Reino de Nabarra, pasaría los últimos años de su vida.

            La repulsa de los reyes de Nabarra Juan de Albret, y Catalina de Foix, fue inmediata, “la apelación que ha sido interpuesta en nombre de sus altezas a causa del agravio que les ha sido hecho en la provisión del obispado de Pamplona”1. El cargo había sido otorgado sin previo consentimiento de Juan y Catalina y, evidentemente, sin su consentimiento. De esta manera, Inocencio VIII desestimaba de antemano cualquier posible derecho de los reyes a nombrar el cargo del obispado a su voluntad.

            No obstante, la Casa Albret-Nabarra-Bearne-Foix no se resigno, y deseo fortalecer su poder en sus territorios, también mediante el control de la iglesia. De esta manera los reyes notificaron a inicios de noviembre a los principales representantes de la iglesia, que ninguno de sus súbditos, ni seculares, ni eclesiásticos, reconociesen al nuevo obispo y les ordenaban desobedecer toda orden realizada por los oficiales de Cesar Borgia. 2

            Poco tiempo pasó hasta que el Rey católico se intereso por el tema que enfrentaba a los Albret con el papado. A mediados de 1492 trato de hacer cambiar de opinión a los reyes nabarros a quienes había escrito sin tener éxito. Por otra parte escribió a finales de septiembre, a Martín de Alegría para que aceptaran a Cesar Bogia y además se comprometía a suplicar al papa, para que reconociese en adelante la facultad de los Reyes de Nabarra para “proveer de las dignidades de su reino a voluntad y dominación de ellos” a cambio de Cesar Borgia como obispo. Una vez más en febrero 1493 reitero a los reyes la misma proposición, pero esta vez por medio de Gracian de Agramont.

            Los soberanos Albret aceptaron finalmente la propuesta, ya que los delegados del nuevo obispo administraban con normalidad las diócesis desde el mes de febrero. También su aceptación vino precedida por el reconocimiento y el derecho que tendrían en delante de proveer las dignidades de Nabarra a su voluntad en especial al nombramiento de obispo de Pamplona. 3
Poco tiempo después, Juan y Catalina sufrieron un serio revés, al nombrar el papa, a un nuevo obispo de Pamplona, y otra vez al margen de los reyes.

            En abril de 1493 Cesar Borgia deja el obispado, que no conocía personalmente, por el arzobispado de Valencia. Una vez mas el incumplimiento del acuerdo alcanzado un año atrás, lo continúa el papa de Roma Alejandro VI, nombrando a su antojo a Antonio de Pallavicini como nuevo obispo de Pamplona. En junio de 1494 los reyes catolicos Fernando e Isabel instaron a aceptar a Pallavicini como obispo de Pamplona. Además instaron a sus “sobrinos”, que si aceptaban sus recomendaciones a aceptar los futuros nombramientos que realizasen los reyes de Nabarra, para ocupar el cargo de obispo. A Juan III y Catalina I les parecía una bula, o insulto, ya que exponían las mismas respuestas dadas cuando fue elegido Cesar Borgia en 1491. El enfado de Juan de Albret era comprensible y mas, habiendo solicitado a Fernando e Isabel que “no diesen curso a provisión alguna en la parte de la diócesis de Pamplona sita en los reinos de Castilla y Aragón, hasta que la provisión la hicieran a nominación de los soberanos nabarros” 4 el rey católico ordenase a las autoridades de Aragón que “permitiesen al procurador del cardenal Pallavicini presentar bulas de su nombramiento y las obedeciesen en todo”. El conflicto persistiría en el año 1494, convirtiéndose en uno de los temas de mayor presencia en las relaciones políticas entre los soberanos de Castilla-Aragón y Nabarra. A comienzos de 1495 las relaciones entre los reyes y Pallavicini mejoraron.

            Por otro la lado, el rey de Francia, Luis XII pide al papa Alejandro VI la concesión de la anulidad matrimonial con Juana de Valois, y como requisito, el papa exigiría una princesa de sangre real para casarla con Cesar Borgia. Los reyes de Nabarra propusieron a Carlota hermana del rey Juan de Albret, por lo que les proporcionarían mantener la tranquilidad política al norte de los territorios heredados por Catalina, sino también, un acercamiento al papado, para  que pudieran solucionar los conflictos a la hora de designar el obispado de Pamplona por el papa, pero no aceptado por los soberanos reyes de Nabarra. Pero no nos engañemos, el papa no estaba dispuesto a ceder ante las pretensiones del rey Juan III, lo que se tradujo en la inexistencia de privilegios para el soberano, aun una vez realizado dicho enclave matrimonial. Asi pues, el interesado apoyo brindado a Luis XII, quedo reflejado en el contrato matrimonial redactado en Blois el 10 de mayo de 1499, que unía a los veinticuatro años a Cesar Borgia con Carlota de Albret,(que según dicen, era muy bella) hermana del rey de Nabarra y sobrina de Luis XII de Francia, la cual no sufrió en exceso la presencia de Cesar, ya que poco después de su matrimonio y tras quedarse embarazada, Cesar partió a finales de julio a Lyon y posteriormente  hacia tierras italianas, sin regresar siquiera, para conocer a su hija Luisa.

            En 1504 se escapa de la prisión del castillo de la mota, medina del campo (Valladolid), y fingiendo, junto con dos hombres mas, que son mercaderes, que van de feria en feria, llegando por la Nabarra occidental, hasta Pamplona, el 3 de diciembre.

            Cesar Borgia una vez libre, y al lado de su cuñao Juan de Albret, procuro solucionar sus embrollados asuntos. A Luis XII de Francia le reclamo el pago de la dota de su mujer Carlota de Albret, asi como las rentas que le correspondía por el Ducado de Valence. Dicha reclamación resultaría inútil. Para que pagase Francia, tenía que seguir la política de Fernando el católico, aliado a su vez con Luis XII. Cesar Borgia rompió las relaciones con Luis XII, y acepto el mando (capitán general) de las tropas de los Reyes de Nabarra. Opuso una gran hostilidad con los Reinos de Castilla y Francia, pero antes quiso solucionar un conflicto que había entre Juan de Albret, y Luis de Beaumont (Conde de Lerin) y subdito rebelde el cual defendia a Fernado el católico. El primero de sus objetivos militares es la conquista de la plaza beaumontesa de Larraga y, ante un fracasado intento, llega la Muy Noble y muy Leal Ciudad de Biana (titulo otorgado por Sancho VII el Fuerte 1219) y en posesión del Conde de Lerin, Luis de Beaumont. En marzo Borgia, decide conquistar la ciudad, y lo consigue aunque no su castillo. Dada su experiencia como militar, decide sitiar el castillo manteniendo un cerco a su alrededor, y así rendirlos de hambre.

            La noche del 11 de marzo de 1507 se desata una gran tormenta, y por un despiste de las tropas de Cesar, entran unos jinetes comandados por el conde de Lerin y consiguen introducir víveres en el castillo para abastecer a sus defensores durante un mes más. Esto provoco el cólera en Cesar Borgia, el cual se armo rápidamente, no acabando de colocarse bien las piezas de su armadura, monto en su caballo, y salio tan rápido en dirección a Mendavia, que no se dio cuenta que había dejado a su guardia atrás. Llego al término llamada “La Barranca Salada” y sufrió una emboscada por tres hombres del Conde de Lerin, que sintieron estos aumentar su osadía a la vista de las ricas armas del caballero, los cuales lo lancearon lo hiriendo en un costado y lo remataron en el suelo. Se apoderan de sus ropas y sus bienes sin saber muy bien quien es dicho caballero, hasta que llega el paje de Cesar, Juanicot Grasica, el cual cae abrazado ente los despojos de su señor Don Cesar Borgia, duque del Valentinado y de las Romanas. El conde de Lerin le permite a Juanicot trasladar el cadáver a Biana para ser enterrado.

            Juan de Albret y Catalina de Foix mandan labrar un monumento sepulcral de alabastro en la capilla mayor de la iglesia Santa María de Biana, para enterrar los restos de Cesar Borgia, el príncipe biondo e bello. Sobre el sarcófago, un pomposo epitafio que empezaba del siguiente modo:
“ Aquí yace en poca tierra/ el que toda le temía/ el que la paz y la guerra/ en mano la tenia./ ¡Oh tu, que vas a buscar/ dignas cosas de loar!/ si tu loas lo mas digno/ aquí pare tu camino,/ no cures de mas andar”

            Los reyes de Nabarra lograron en el transcurso del año 1494 y a comienzos del 1495 obtener un gran control político en el reino a pesar de que diversas plazas nabarras quedaran bajo el poder de Castilla. Es mas, resulta importante afirmar la desaparición de poder que había poseído Luis de Beaumont hasta aquellos momentos, ya que sus principales aliados habían sido desterrados . Otro dato importante el abandono del sector beamontes al Luis de Beaumont, conde de Lerin, apoyando a los reyes Juan III y Catalina I. Al iniciarse el año 1495, los reyes habían puesto unas bases muy firmes para obtener el pleno control interno de Nabarra. A finales de 1506 la prepotencia volvio a llevar a Luis de Beaumont a iniciar un nuevo brote de violencia en Nabarra.

Notas:
1-     Olite 5 de noviembre de 1491. Comptos documentos caj. 165 num.49
2-     “ Los reyes quieren e mandan que todos los súbditos suyos hagan de adherir assi los eclesiásticos como los seculares y fazer los actos que acerca d’ello fueren necesarios porque no entienden dar lugar al que se dice proceido por obispo ni que los dichos súbditos obedezcan a sus officiales, letras, ni mandamientos”
3-     Según se cita a los reyes de Nabarra fechada en moncin, el 26 de septiembre de 1492. Papeles de Gayangos.
4-     J.J.Goñi Gaztambide: Historia de los obispos de Pamplona vol. II,652
Bibliografia:
            Juan de Albret y Catalina de Foix o la defensa del Estado Navarro (1483-1517)
Enlaces externos:
            Wikipedia
            Varios

Nabar Gorri.